Lunes

   Siempre como nuevos. En el cementerio hoy, cuatro gatos. Sube enmascarado por la escalera porque en el ascensor es imposible guardar la distancia de seguridad con el delator del espejo. Además está harto de prendas íntimas colgando del pasamano de acero inoxidable. Las pinzas para tender la ropa ya no son lo que eran. Antes de entrar a casa se los quita, no quiere que se ensucien las suelas en el silencio enfangado del pasillo. Con ellos se casó y con ellos lloró en el espejo retrovisor de un taxi empuñando recuerdos de ceniza. Su hija ya lo sabe, no digas bobadas papá. Frotarlos suavemente con algodón empapado de vinagre, muy rebajado con agua, antes de cerrarle la caja.

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