Reina otro domingo en
las calles vacías del barrio más de moda de la vieja ciudad. De los cajeros del
banco sale una pareja, del portal de una finca abandonada un perro y de la
iglesia de la esquina dos ancianas del brazo. Dos sonrisas en la misma sonrisa,
un silencio ladrado, dos niñas envejecidas. La vida, que es así; bosque, río,
lluvia, viento y sol. En fin. Unas palabras que escribió el poeta Carlos Marzal
en su columna semanal, y que siento como mías:
Los grandes grupos editoriales deberían consultar a sus lectores, en especial a mí, antes de tomar decisiones irreparables, como la de cerrar Círculo de Lectores, que entiendo como un ataque personal, como una afrenta hacia mi memoria y mis espectros sentimentales, valga la redundancia.
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