ogros


    Una frase leída por la mañana en un cuento de Bioy Casares me vino a la memoria anoche cuando, acostado ya en mi cama de cuerpo y medio, con vocación de lirón y despojado de cualquier prenda, se colaron por la ventana abierta de la habitación, y por la intimidad del techo, sonidos de un mundo que también era el mío. 
    Desde algún lugar del enorme patio interior un bebé lloraba las mismas lágrimas que la mujer que intentaba calmarlo con dulzura, silenciando con una conmovedora canción de cuna los golpes en la puerta de un ogro invisible, los apagados ladridos de un perro desde la Luna y los cánticos lejanos de entusiastas patriotas del balón. En el suelo de arriba, unos pies descalzos parecían inquietos; tal vez esperaban la llamada que, por fin, se produjo. 
   Caí entonces en la tentación de levantarme, de correr hasta el teléfono de la salita y descolgarlo con sigilo, esperando que un cruce de líneas me permitiera ser testigo de una historia hermosa. Fui Sabrina subida a un árbol durante una eternidad, mirón solitario detrás de un arbusto bajo la llovizna, cámara de vigilancia en la madrugada vacía de unos grandes almacenes. Y al otro lado sólo la mesa camilla frente a un televisor apagado, y mi mano dibujando los ríos de África en un mapa mudo. Rayas azules surcando el universo de la nostalgia. “Porque la distancia y la noche imitan la locura”.   

3 comentarios:

  1. la distancia y la noche imitan la locura...
    por suerte hay tardes que nos devuelven la cordura...
    que un beso...

    y que haces magia...

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  2. Una maravilla,como siempre.

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  3. Y de estas noches, muchas, muchas ya, y esa distancia nacen dias de malas madrugadas.Tanta locura... Y dejo aqui otra frase: "La vida iba en serio" de Gil de Biedma,solo que a veces no nos damos cuenta,y ya va siendo hora.

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