comienzos

“Hoy he escrito la primera página de una novela, y no sé de qué se trata, pero sé que me espera un año de obsesión”. Palabras que recuerda Vila-Matas (en su tan entrañable como cruelmente conmovedora novela París no se acaba nunca) habérselas escuchado por azar a Juan Benet. Palabras que, leyéndolas mientras viajo en un tren de cercanías cualquiera, acaban dibujándome una sonrisa de tiza en la pizarra de cristal de mis incertidumbres.

Y el perfil de una montaña con forma de caballo, y el recuerdo de otras voces en la senda de la memoria, y otoños aguardando que transcurra el tiempo de los relojes, y érase una vez una melancolía en Septiembre derrotada a mordiscos de ternura…