alevosías

El cambio de hora lo sorprendió soñando, agazapado detrás del matorral de las miradas clandestinas, que contemplaba la fragancia de los azahares lánguidos en el cuello de una pretérita, futura, noche adolescente.
Y cuando las dos fueron las tres, y el relato de sus caricias se cobijó en el desierto de los relojes apresurados, sus ojos de entonces volvieron a cerrarse detrás de sus párpados de siempre.

1 comentario:

  1. y yo me pregunto donde ha ido esa hora que nos han robado...
    es precioso...
    un beso...

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