“Las palabras no son nada, el delirio de los deseos y las fantasmagorías girando en vano en el interior de la dura concavidad intraspasable del cráneo: sólo cuenta el roce, el tacto de otra mano, el calor de un cuerpo, el latido misterioso de un pulso”….Lo escribe Muñoz Molina en su La noche de los tiempos, y yo lo leo con cierta sonrisa cómplice, acariciando con ternura el lomo del gatito encerrado que juguetea entre comillas.
Hace frío, la tarde está quieta como las dos naranjas sobre la mesa de la cocina. Cuando los silencios son menos que nada, y la envidia de los umbrales se esconde en espejos vacíos…“I’m dying to”.
Hace frío, la tarde está quieta como las dos naranjas sobre la mesa de la cocina. Cuando los silencios son menos que nada, y la envidia de los umbrales se esconde en espejos vacíos…“I’m dying to”.
de que?
ResponderEliminaren la novela, creo, un hombre y una mujer se morian de ganas de besarse...
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