olas

Mañana de un domingo, día después del anoche. Navegando en la ramita que un personaje de la Woolf lanza al río, el mío, para que sirva de ayuda a los marineros naúfragos. La lavadora ha dejado de dar vueltas debajo del trozo de cielo del patio interior. La Woolf: “Las flores agitan la cabeza, más allá de la ventana. Veo pájaros silvestres, e impulsos más silvestres que el más silvestre de los pájaros nacen en mi silvestre corazón. Mis ojos lanzan selváticas miradas y mantengo los labios prietamente cerrados. El pájaro vuela. La flor baila. Pero oigo siempre el sordo sonido de las olas, y la bestia encadenada patea en la playa. Patea y patea.”

1 comentario:

  1. adoro "las olas" y creo que ahora que son compartidas, un poquito mas...
    un beso...

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