austrohúngaros

Que es domingo y ya ha anochecido. Todavía no han terminado todos los partidos y ya no puedo acertar más de ocho resultados en la quiniela, Alonso al final no ha ganado el campeonato del mundo de Fórmula I, y Berlanga dicen que murió ayer. Las sonrisas, siempre que siempre, mirando un cielo con las letras de Calabuch en forma de fuegos artificiales.
Tal vez se extinga el color de la tinta de aquella entrada de cine que guardamos entre las páginas de un libro que no abriremos en años. Tal vez; pero la bailarina seguirá bailando sabiéndose mirada por el viejo payaso moribundo. Sí, también siempre que siempre, como el eterno vaivén de un columpio de viento; o la esperanza en blanco y negro de una baraja perpetuamente barajada.

2 comentarios:

  1. El austrohúngaro, otro al que también le gustaban las lencerías y terciopelos, ¿te acuerdas de la coleccion de ciertos pelos de aquel personaje de "La escopeta nacional"? Creo que es la película que más veces he visto. Y nunca ha dejado de sorprenderme.
    Besos (Kitti)

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  2. te diría eso de "calle y baraje"...
    y que hay veces que las esperanzas pasan al color...
    un beso (si ella te lo manda de final de peli, yo te mando de fundido en negro...)

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