sinatras

La pregunta del post anterior quedó sin respuesta. No quiero pensar en una botella que flota sobre las aguas de un mar lejano, con un papel doblado en su interior; ni tampoco en un anuncio por palabras en el periódico que lee el taxista mientras espera clientela. Siempre recuerdo el título de la columna semanal del inolvidable Raúl Núñez en la Cartelera Turia de hace mil años: “El aullido del mudo”. En sus bares de mañanas que parecían noches arrastraba su orgullo de perdedor, ganando batallas contra las palabras del olvido y buscando resquicios de esperanza en ginebras sin futuro. Versos que son bellos porque son verdaderos, fuegos artificiales que conmueven en la sinceridad de una mirada compartida en antiguas noches de verano. Deseo, cinco letras; como tarde y ahora. El Auster de Invisible sobre el sofá azul, mientras me mantengo la mirada en un espejo, con la tensión de un duelo de western crepuscular. Deseo, sí. Un gatito ronroneando en la terraza de la ropa tendida que hincha el viento. Y en el fondo de mi mar, peces de colores.

2 comentarios:

  1. yo es que no te sé contestar a la pregunta...
    pero los posts... ese y el anterior... son preciosos... como los peces de colores...
    un beso

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  2. gracias ana...la pregunta es complicada...yo tampoco encuentro la respuesta...
    un beso

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