Sí: hay que pararse un momento y distinguir las voces de los ecos en la playa de las arenas blancas. Machado (Antonio, claro) se hubiera vuelto loco intentando escuchar entre las voces solamente una. Algunas veces encuentro una pintada en alguna pared, una calle cualquiera de mi vieja ciudad, que siento como verdadera y detrás de la cual se esconde una novela. Letras con pintura roja en la tapia de un solar que se alquila, o se vende. O alguien ha escrito unas palabras en un pequeño papel, y se ha tomado la molestia de pegarlo en una farola. ¿Cabe una biografía en una frase? ¿Es Madame Bovary “la felicidad es una mentira imaginada por la desesperación del deseo?... Cuando me dicen que me parezco a mi abuelo, que tantos años hace ya que descansa bajo la tierra, ¿sería capaz de matar sus patos, pescar sus anguilas o enamorar a la mujer más guapa del pueblo? En la taberna, cuando el tenor se levantaba con solemnidad, con la elegancia imbatida por la pobreza de una despiadada posguerra, y golpeaba con una cucharita la copa de cristal, todo el mundo se callaba. Un buzo en las profundidades de un océano, un astronauta dando saltitos en la luna con la Tierra al fondo y el que cuentan que fue sustituto de Caruso en Nueva York cantando el “Dichoso aquel que tiene” de la ópera Marina. El milagro de un sentimiento cómplice de un mismo silencio. Dos niñas cogidas de la mano una noche, detrás de la barra, porque tienen miedo del Frankenstein que acaban de ver en la pantalla de un cine. Una flor que flota en un río. Es invierno, y dos sorbos de la botella de coñac es mano de santo contra el castañeo de dientes por el frío y las sombras de la escalera de mis recuerdos prestados.
un beso...
ResponderEliminarwne, estaba convencida de que habíamos vampirizado juntos los recuerdos de Muñoz Molina, esos magníficos recuerdos prestados que supuse estarían recorriendo por tus venas. Y cuando vengo a decirte cuánto me gusta la novela, me he dado cuenta de que no se trata de la misma: tú hablas de "La noche de los tiempos" y yo estoy leyendo "El viento de la Luna".
ResponderEliminarnaná, ya tengo "El maravilloso viaje de Nils..." No pude ir a recogerlo a la biblioteca hasta ayer, así que lo leeré en cuanto acabe el que estoy leyendo.
Este trasiego de recuerdos prestados y compartidos me convocan, como si cada libro fuese una hoguera a la que me acerco para huir de tanto frío.
Gracias por vuestro calor... y besos... por si os llegan.
"El viento de la luna" es una novela maravillosa, que me recuerda lo que me contaron de cuando yo era muy, muy,pequeño...Una tele,en la trastienda de una tienda de ultramarinos, y todo el vecindario mirando un milagro...como el de Massiel...
ResponderEliminarbesos a las dos...