La playa de arenas blancas es ya una fortaleza. Ni siquiera nadando puedo acceder a ella, tumbarme en una humilde hamaca escuchando el rumor de olas, y recrear las palabras que voy leyendo mientras miro el cielo o el horizonte. Me gustaría encontrar una pequeña puerta en sus muros, sin cerradura, que se abriera con la ráfaga de viento de un simple soplo. Las velas apagadas por un niño sobre una tarta de chocolate, un tren detenido en mitad de una vía, una bicicleta apoyada en el único árbol de un solar… ¿Quién dijo que la novela es un poema con argumento y que lo demás sólo es prosa? Anoche fui el dueño del mundo y ahora me siento como el loco que contemplara el incendio de su propio manicomio. Lunes tiene cinco letras, dos menos que pistola; y cuatro menos que esperanza. Esperanza, sí, la que según el Machín sólo sabe bailar cha cha cha.
Por aquella época Esperanza debía desconocer la bachata, ¿lembras, lampiño? aquella del sapo.
ResponderEliminarSe me están pasando las ganas de comer; pero me muero por un chachachá. Estado de insatisfacción crónica esta puta vida.
Biquiños
que siga el baile K, que siga...
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